El escritor nicaragüense dio una conferencia de prensa en su carácter ya de autor venerado por el Premio Cervantes, que recibirá el próximo 27 de abril en Alcalá de Henares. Estuvo acompañado por Ricardo Cayuela, jefe de Penguin Random House México y por Pilar Reyes, su editora desde hace mucho tiempo.
Guadalajara, México, 26 de noviembre (SinEmbargo).- Sergio Ramírez venía a la 31 Feria Internacional del Libro en Guadalajara a presentar su nueva novela, Ya nadie llora por mí. El tema es que en medio de los preparativos, desde Alcalá de Henares se dio la noticia: El escritor había recibido el Premio Cervantes y hoy es un hombre que más allá de su exquisita fama literaria, contrae la atención del doble de periodistas.
Él vive el Cervantes como una fiesta, especial para él y para todo Centroamérica, un sitio atosigado por la política, pero donde también han nacido gente como Rubén Darío (“el más cervantino de todos”), Miguel Ángel Asturias y José Martí, sólo por nombrar a algunos.
Frente a los periodistas acreditados en Guadalajara, Ramírez recordó su novela Adiós, muchachos, una especie de memoria autobiográfica donde salda las cuentas con sus ex compañeros sandinistas, en cuyo Gobierno llegó a ocupar la vicepresidencia.
“Fue una biografía política y sentimental al mismo tiempo, tal vez merecería la pena que yo siguiera agregando volúmenes, pero creo mi ocupación más importante es la ficción y es a lo que le doy la preferencia absoluta. Esta novela, de todas maneras, Ya nadie llora por mí, yo diría que de algún modo es una continuación porque sigue tocando las fibras de lo que es mi país. Una obra literaria hay que verla como un todo”, manifestó.
“Respecto a mi madre nunca dejo de pensar en ella, porque fue mi maestra de literatura en la escuela secundaria y en las clases me enseñó los clásicos, desde Arcipreste de Hita a Miguel Ángel de Quevedo, a Cervantes, también a los modernos como García Lorca y León Felipe y en los años azarosos de la Revolución, cada vez que yo iba a verla, al sitio donde nací, en Masatepe, que lo mío era la literatura. Eso lo recordé mucho tiempo después pero no frente al pelotón de fusilamiento. Le hice caso, al fin. Siempre tuvo razón”, dijo.
La encantó el discurso de Emmanuel Carrere, que escuchó sentado prácticamente a su lado, “porque fue un discurso de un escritor y me recordaba al hacer referencia a A sangre fría, de Truman Capote, a un escritor que se vuelve un oportunista de la vida, está dispuesto a sacrificarlo todo, incluso la vida de otra persona, para lograr su obra maestra. Recordaba una frase de Mario Vargas Llosa cuando decía que los escritores somos verdaderos buitres sobre la carroña”, reveló.
“Esto se aplica mucho a lo que vivimos en Latinoamérica, en donde las anormalidades que vivimos son tan visibles, tan terribles, que vivimos de lo terrible. No es que vaya a dejar mi oficio si estos temas se acabaran, pero tendría que buscar otro ángulo de interés”, agregó.
EL GOBIERNO NO HIZO NINGUNA MENCIÓN DE SU PREMIO
A pesar que donde vive el escritor nicaragüense se hizo una verdadera fiesta a la hora de conocerse el Premio Cervantes, el Gobierno comandado por Daniel Ortega.
“Un premio de esta naturaleza es muy relevante en mi vida, se presta a muchas reflexiones, cuando las aguas comienzan a asentarse luego de una gran tormenta como esta. Pertenezco a la tercera edad y por ahí vamos. Uno puede decir que ya gané el premio y me quedo al costado del camino para ver pasar a los demás, pero no, lo veo como un viento de cola, como un segundo aire”, remarcó.
Recordó a Eliseo Alberto, con quien se hizo “hermano” durante la gira de Alfaguara, que ganaron los dos, él por Margarita, estaba linda la mar y “Lichi” por Caracol Beach y contó un relato de país para ejemplificar la labor de Daniel Ortega: “el Gobierno hizo un prudente silencio” con respecto a su premio.
En el Cervantes hablará sobre Rubén Darío, “el más cervantino de todos”, de no tenerle miedo a la página en blanco, “algo que yo disfruto muchísimo” y recordará a los “maestros del boom, porque de ellos aprendí todo y fui además un gran amigo”.
